Mujer de trabajo y gestión: Blanca Pineda Arellano
- orfer86
- 23 mar 2022
- 3 Min. de lectura
En su caminar como líder social por más de treinta años, Blanca Pineda Arellano ha sido pieza clave en la transformación de la vida de los habitantes de diversas comunidades indígenas y campesinas del estado de Oaxaca, en especial de la Mixteca.

Claudia Martínez/Voces Ciudadanas.
Desde su incursión en la fundación Consejo Nacional Campesino y de Colonos en el gobierno de Heladio Ramírez López, hasta el nacimiento de la Alianza Indígena Campesina de Oaxaca, (AINCO), en 2015, de la cual es presidenta fundadora, el liderazgo de esta mujer se ha consolidado y su gestión ha permitido gestionar recursos para la construcción de escuelas, agua potable, caminos y proyectos productivos.
Pero la línea del tiempo de Blanca Arellano, mujer orgullosa de su género, guarda en su andar un matriarcado familiar encabezado por su madre, María de la Luz Pineda de 99 años de edad, sus tres hijas, su nieta, Elisa Cruz Pineda de 6 años de edad, y la presencia espiritual y moral de su padre, Enrique Pineda López, su ángel guardián y guía ha pesar de su ausencia física.
Construir y conservar unida a su familia, ha sido quizá el reto más grande para la mujer líder, quién ha enfrentado desde muy temprana edad desde la violencia económica hasta la política. Sobrevivir y crecer durante seis gobiernos de diferentes colores, -Heladio Ramírez Lòpez, Diódoro Carrasco Altamirano, José Murat , Ulises Ruíz, Gabino Cué y Alejandro Murat Hinojosa-, no es un camino fácil cuando se es mujer, madre, jefa de familia y líder social en un Oaxaca agreste, no solo en su orografía sino también en sus usos y costumbres y sus disputas políticas, cuyos roles irrumpen los derechos e incluso la vida de sus niñas y mujeres de manera cotidiana, aún hasta nuestros días.
En los años 80 la gestión social, agraria, obrera y campesina, era prácticamente de liderazgos masculinos, como el de Margarito Parra y Miguel Herrera Lara, pero la tenacidad y esfuerzo de Blanca Pineda, mujer de lucha y desafíos, le ganó a pulso la confianza de gobernantes, pero más aún la de la gente de pueblos, rancherías y municipios.
Historias y anécdotas de su andar por este Oaxaca por más de tres décadas, son muchas, algunas de ellas tan fuertes como su secuestro exprés por cuestiones políticas, en la que pensó sería asesinada, sus enfrentamientos con secretarios e incluso uno que otro gobernante, pero las más importantes son las que atestiguan la generosidad y cariño de su gente.
De raíces, guerrerenses, michoacanas e istmeñas, Blanca Pineda abraza la preparación de la mujer y su impulso a través del estudio en la masonería donde a alcanzado uno de los grados más altos a nivel nacional. Para ella, la trascendencia del ser humano está en sus acciones y en sus valores, por ello la trascendencia de Blanca Pineda radicas en su labor social y ser útil para quienes lo necesitan.
Su reto, continuar a pesar de la crisis sanitaria, económica, social e incluso política que se vive actualmente. Priista de convicción jamás dejará las filas del Revolucionario Institucional: “Yo abrí mis ojos desde un corazón priista, el de mi padre”, pero he aprendido a tejer alianzas y acuerdos para seguir trabajando a favor de las niñas y niños de las zonas más vulnerables en el campo y zonas urbanas del estado¨.
El anhelo de Blanca Pineda hoy, es el de la mujer que hace más de 30 años sentada con sus hijas en brazos en el quicio de una iglesia de Huajuapan de León en la mixteca oaxaqueña, partió de ceros y reescribió su historia y que continúa trabajando intensamente en la construcción de un Oaxaca más justo en el que su nieta Elisa, al igual que las niñas de su generación, tengan más y mejores oportunidades de estudiar, crecer y vivir plenamente.
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